El hábito involuntario de apretar y rechinar los dientes de forma inconsciente se denomina bruxismo.
Síntomas

Principales síntomas más comunes del bruxismo:

  • Los dientes rechinan y producen sonidos de distinta intensidad.
  • Diferentes tipos de dolores especialmente en la zona facial: muscular, oído, articulaciones (temporo-mandibular especialmente).
  • Enfermedad periodontal: gingivitis, periodontitis, etc
  • Desgastes dentarios excesivos.

El bruxismo puede ser causado por diferentes motivos:

  • El estrés: uno de los problemas de salud más extendidos entre la población.
  • Maloclusión dentaria: mala colocación de los dientes, también muy común entre la población ya sea en mayor o menor grado.
  • Inestabilidad oclusal: personas con mordida desplazada que provoca un desgaste excesivo y anómalo por inestabilidad de la mordida.
Tratamiento

Lo más importante es identificar la causa que desencadena el bruxismo. Estos son algunos de los abordajes más comunes para tratar el bruxismo:

se trata de un dispositivo que se coloca sobre los dientes para protegerlos del desgaste, reducir la presión ejercida durante el rechinamiento y “desprogramar” la mandíbula

dado que el estrés y la ansiedad a menudo contribuyen al bruxismo, las técnicas de relajación, terapia cognitivo-conductual o asesoramiento pueden ser útiles.

Si el bruxismo está relacionado con problemas de malposición dentaria, se puede recomendar realizar un tratamiento de ortodoncia.

En algunos casos, ejercicios específicos para relajar los músculos de la mandíbula pueden ser beneficiosos.

Aunque no se usa a menudo, en algunos casos, se pueden prescribir relajantes musculares o ansiolíticos para ayudar a reducir la tensión y el dolor asociados.

Identificar y cambiar hábitos como morderse las uñas o masticar objetos duros también puede ser parte del tratamiento.

El dentista debe:

  • Elaborar una férula de descarga tipo Michigan de resina personalizada: evita desgastes dentarios y reduce el dolor muscular.
  • Realizar un tratamiento de ortodoncia cuando sea necesario conseguir estabilidad oclusal.